A la orilla del viento

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Existen días donde las cajas que habitamos parecen asfixiarnos, el ritmo tan cuadrado que se vive en la ciudad, en ciertas ocasiones parece apretarnos mas que otros días.

La misma cuadra de todos los días, la línea que traza el camino para la ruta cotidiana, el edificio rectangular, a lo horizontal, pero rectangular, donde me espera un pupitre, cuadrado también, frente a una pizarra también con cuatro lados, estrictamente rectilíneos, todo es una gran caja, que contiene mas cajas.

Hoy no tenia porque ser igual, sobre todo cuando el corazón lo demanda, cuando los espacios se reducen a silencios inciertos, es mejor salir, habitar otros dominios, salir de la caja, del entorno cotidiano.

Es así que por afición, llegue a Villamil, a una hora talvez de mi cuadrada rutina, existe Villamil Playas, un pueblo que tiene algo nuevo cada vez que regreso a verlo.

De niña era la parada obligatoria para las vacaciones de invierno, mi ancina vecina Florita de casi 90 años ahora, en ese tiempo mas joven, aprovechaba para poner un kiosko casi al filo del mar de Playas de Villamil y vendia su delicioso plato de pescado frito con arroz, salsa de cebolla y patacones. Nosotros pasabamos hasta una semana en su casa de la playa, y por supuesto comiamos en su kiosko. Ahora Florita apenas si sale a tomar el sol en su hamaca, en el portal de su casa, que esta junto a la mia, a veces la saludo, y no me reconoce, y como para no desatinar tanto me dice: Eres la hija de José, cierto?.... a lo que le respondo, - Si doña Florita, es que me corte el cabello.

Cuando volví, mucho después a los 19 años, esta vez ya no a casa de Florita, el pueblo ya no era el mismo, los kioskos de caña, a la orilla del mar, ya no existían. Esta vez caimos en casa de Silvia y su esposo frances, un frances, que de todos los mares del mundo, preferia Playas de Villamil, algunos dicen que tiene el mejor clima del mundo. Desde luego Silvia y su esposo no estaban, pero las llaves las tenian sus hermanas menores, Carolina y Evelyn, mis eternas compañeras del colegio, era la época de Metallica, Gun`s Roses, Led Zepellin, Scorpions, y el resto de amigos inseparables, Andres, Randy y Johanna. Creo que era un 14 de Febrero, donde nos lanzamos desnudos a la media noche al mar, pues la gracia no nos duro mas alla de 5 minutos, pues llego la policia, y nos saco en picada. El tiempo también nos separo, no volvimos juntos nunca mas a Playas de Villamil, ni a ninguna otra playa. Creo que nos habremos quejado del pueblito ese, que lo único bueno que tenia era el mar y la casa de Silvia.

Creo que en el 2008, lo vovlí a visistar, solo me fije en el mismo inamovible pequeño parque de siempre, y en su playa, si lo miro, no cambio nada.

Un año después de eso, esta vez visita obligada, por la transferencia que le hicieron a mi madre a un colegio de Villamil, vi como el pueblo de casas de madera y caña, calles polvorientas, comenzaba a transformarse, me sorprendí.


Hoy es otro pueblo, tiene edificios, inimaginables para Florita y su kiosko de caña, avenidas muy limpias y amplias que hubiera emocionado a un grupo de adolescentes locos.

Pero yo, a mis 34 años, preferí sentarme a la orilla del viento y del mismo mar del kiosko de Florita, también de mis locos amigos de los 19 años, el de mi madre, maestra durante un par de años de alguno de estos colegios de Villamil. El mismo viento, el mismo mar que me alegraba cuando tendría no mas de 10 años. Que sencilla es la vida a esa edad, las decisiones por malas que sean, no nos duelen tanto...
-Señora Florita, tiene pescado asado o frito?












 

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El mismo...pero otro recorrido

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Nosotros los guayaquileños, buscamos la manera de abrirnos paso a "pata" es decir a pie, en medio de tanto tráfico y congestionamiento, y por allí nos vamos haciendo de espacios para hacer deportes, que no es nada fácil, porque todo esta súper saturado de autos.

No la tenemos fácil ni los que de repente nos ataca la honda deportiva, ni la naturaleza de la que estamos rodeado, a la que hemos tratado de apabullarle a toda costa, pero al fin de cuentas nos las arreglamos, y al filo del Estero Salado desde hace años se ha creado una ruta por donde se puede ver cantidad de deportistas, de todo géneros, los aficionados, los gorditos optimistas, los que corren en equipo, los que corren en familia... y llevan hasta a la abuela, los que corren con sus enormes canes, nunca vi un chiguagua o french pudle, y los que hacemos grupos de a uno, ese es mi caso, que me gusta ir describiendo mentalmente a manera de manía todo lo que observo a mi paso. Y así como así, con el pasar de los años, esa ruta se ha hecho conocida por los "seudo deportistas".

Antes solo se luchaba contra el mal olor que despedía la basura que arrojaban al Estero Salado" ahora vi una cuadrilla de hombres limpiado la orilla y sacando cantidad de basura, hay menos malos olores, a esto se le suma que en los últimos 2 años el alcalde se ha esforzado por regenerar toda esta zona, ahora todo es mucho mejor, pero en el intento se sigue aplastando ese bonito ecosistema que ha sido el manglar.... Y es que hace unos 60 años, toda esta inmensa zona que ahora se llama Parroquia Febres-Cordero, no era sino una inmensa extensión de manglar, del que ya solo nos queda la orilla del Estero Salado, lo hemos reducido a su mínima expresión y sin embargo no deja de ver hermoso. 

Esta ecosistema  y los que por allí transitamos en nuestros ataques deportivos, nos vemos intimidados por la cantidad de autos que pasan por las carreteras que estan a lado de este recorrido.... Hoy me quede parada por unos minutos, mirando este enfrentamiento, del lado de la acera izquierda, la mas grande de las industrias que fabrican cemento en el país "Holcim" y del otro lado, a pocos metros, del lado donde corro, camino o troto, este brazo de mar y su manglar el "Estero Salado", me pregunto quien terminara ganando por la lucha de este espacio, nosotros los transeúntes, solo nos limitamos a observar, ahora también en pocos meses tendremos muy cerca de esta zona la "Embajada de los Estados Unidos"  

Por ahora, nos toca disfrutar de este pedacito de manglar que aun no hemos destruido.... Esta ciudad se caracteriza por que los brazos de mar la rodean, y  hay personas que amamos esto, que amamos esta ciudad, no por ser la mas hermosa, si no porque pertenecemos a ella, y por que la conocemos, nadie ama lo que no conoce, ni le pertenece....  

Y mientras me dejen seguiré disfrutando  de los recorridos a la orilla del "Estero Salado" en la nave de "San Fernando" es decir, mitad a pie y mitad andado. 


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Problema con las Prioridades

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Hay días que se amanece diferente, el cuerpo parece decir “arriba despierta, es un maravilloso día para correr”  y uno invadido por esa voz sale de un salto de la cama y se alista.

Hoy me ha pasado así…. Salgo de súbito a buscar alguna proteína antes de salir a correr, pero algo me corta la viada, y es un chillido leve que encaja justo con uno de esos miedos, esa clase de miedo que uno le oculta a la familia y amigos, detengo el paso y comienzo a bajar bien despacio, no vaya a ser que me encuentre con alguna imagen triste que después me cueste olvidar…. Pero lejos de todo miedo, escucho la voz de mi padre quién en tono más alto de lo normal, me dice: “Diana prepare tortillas de verde”  mentalmente exclamo: Uff menos mal, el chillido que me preocupaba, no era otra cosa que la música alta que salía en forma de  ruido de los audífonos de mi padre. 

Y todo dio un vuelco, pues me puse los zapatos de correr, pero para sentarme a comer unas deliciosas y gordas tortillas de verde con queso, mientras uno de mis gatos olfateaba a lo lejos lo que yo engullía  con gusto, mis miedos calmados, pues la última vez que había escuchado un chillido al bajar las escaleras, fue para encontrarme a uno de mis gatos  agonizando por culpa de algún vecino que le dio veneno.

Ya con todos mis pensamientos en orden,  y aunque aun escuchaba  una voz pequeñita en mi cabeza que me decía “termina la tortilla y sal soplada a correr, es tu prioridad”  no le hice mucho caso, me entretuve en una plática que hizo callar todas todo animo de salir a correr, y termine persiguiendo a mis gatos con cámara en mano, es increíble lo que uno puede hacer cuando se ha puesto los zapatos de correr y no pasa del dintel de la puerta principal de la casa. 

 Gato callejero dándole una serenata a mi gata
 Mis dos gatos jugando, mientras el gato callejero fisgoneando 
  MarcAnthony, el escucha su nombre y mira, es genial cuando quiero llamar su atención
 Lulu durmiéndose 
Un besito volado para todos. 

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Azul

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Durante dos años, cada vez que vi colores extravagantes en el cielo, o al ponerse el sol sobre el mar, corría a buscar mi cámara para fotografiarlo, muchas fotos solo las deje para mi, nunca las publique  en ningún sitio.
Para la tarde de hoy el cielo tiene tantos tonos de azul en franjas, que pareciera una paleta de pintor,  el mar parece nunca querer dejar de encajar con el cielo, siempre refleja los mismos colores que tiene el cielo, como pare decir q está totalmente de acuerdo con lo que sucede en las nubes.  Hoy no quise registrar este momento con un click, solo mirarlo hasta que pase, hasta que la noche ahuyente a los niños que juegan en la orilla del mar, hasta que el cielo vuelva a cambiar de ánimo y se ponga azul oscuro, y el mar en silencio ya a oscuras, también cambie, diciéndole con su reflejo que está de acuerdo, la luna aparecerá en cualquier momento, aprovechará de la oscuridad para que la vean brillar, en el día para ella es imposible, pero la noche es su momento.

Cuando veo el mar desde este pequeño punto, las siluetas de las personas zambullirse en las olas,  el cielo con sus mil colores, el silencio interrumpido por el constante susurro de las olas, que a veces pareciera como si alguien las impacientara y el susurro se convierte en bramido,  cuando contemplo todo esto, me siento como si la vida pasara silenciosa ante mis ojos, como si a cada segundo me volviera espectadora de mi propio recuerdo. Esta imagen que hoy no la captare en fotos, la tengo fotografiada en el corazón, me pregunto, si cuando este tiempo ya quede lejos, y esta imagen sea un recuerdo más profundo, me pregunto si lo volveré a ver igual en mi memoria.

Me pregunte si mis pasos irán  tan lejos de este lugar, y el mar que ha sido mi compañía durante estos dos años, se quedara esperando por mi hasta que vuelva.  Aunque he visto que el mar no es amigo de nadie, me regaló todos los días un paisaje distinto, porque nunca repitió sus vestidos.  
Cae la noche, y la oscuridad lo esconde todo, la luna vuelve a lucirse, y aun sin saberlo sus destellos le ponen vestido de nostalgia al paisaje. 
No lo pude evitar, termine tomando otra foto más.

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Ciudad del Rio Grande

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Ciudad cosmopolita,

hogar fecundo,
Entre dos aguas,

marcos de tu casa:



El Guayas,

eres tú, dándote al mundo;
Y el mundo,

es el Salado, que te abraza.




Así empieza el poema hecho canción de Pablo Hannibal Vela, "Estampa de Guayaquil" para mi una de mis canciones favoritas, titulada "Guayaquil pórtico de oro"


Desde que vivo en otra ciudad, al retornar a mi ciudad natal, muchas veces mis visitas son muy cortas y apresuradas. Es algo que lamento, porque añoro el caminar sin preocupaciones por las calles de Guayaquil, por ciertos lugares de mi ciudad que significan tanto, porque tienen el poder de embriagar, caminar por la 10 de Agosto y Malecon, recorrer el palacio municipal, es embriagarse con ese estilo único q tiene mi ciudad, sentirse bajo este cielo tan profundo en invierno, y este aire tan humedo, es sentir que esta ciudad me pertenece y yo le pertenezco, no importa que tan lejos me pueda ir, tengo que volver para embriagarme de este aire.


Uno de mis lugares favoritos, el malecón, me encanta caminar muy cerca del Rio Guayas, es un amor escondido el que tenemos, vivo enamorada de este rio, esta grabado en mi memoria y es parte de mi identidad guayaquileña. Mis años tienen de marco al Estero Salado y al Rio Guayas.

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Soy un fantasma

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El terminar una etapa, implica comenzar nuevos procesos, nuevos cambios, y aunque hay cambios que uno no los puede evitar, hay otros cambios que son por elección personal, y a pesar de ser uno quién los elige, siempre queda un breve momento donde la nostalgia por lo que queda atrás, te hace presa.

Hace unas semanas atrás decidí renunciar al trabajo que venia desempeñando desde hace casi dos años, no es mucho tiempo, pero lo suficiente como para hacer amistades y crear lazos...

Hoy he regresado a entregar lo que faltaba, no avise a nadie, como es mi estilo, porque cuando me fuí, fueron pocas la personas que sabían de mi decisión, odio las despedidas, me hacen sentir incomoda, y soy terrible dando discursos q tienen que ver con mi vida personal, pues como no suele ocurrirseme nada de inmediato, digo estupideces, que no siempre van ligadas a lo que siento, si no al estrés del momento, pero ya en calma, me doy cuenta que los lazos que se formaron en este breve tiempo, me ha hecho pensar en lo que significó para mi el compartir la mayoría de días y preocupaciones con toda la gente que trabaje, las noches que nos toco trabajar de mas, los retos que parecían una locura, la gente que con sus ideas, chistes, y personalidades chispeantes, hizo que las jornadas de estres, tuvieran un toque de comicidad, ( eso va para Paul el negrito,  y el ladilla de Fabian) me reí en medio de días estresantes y tediosos.

Aprendí que a pesar de pertencer a un mismo país, el hecho de ser de diferentes provincias, nos hace distintos, de ustedes me llevo que tienen una identidad muy marcada, que la defienden a capa y espada.

Ahora que me sente en el que fue mi escritorio, aunque nadie lo ha ocupado aun, me sentí como un fantasma, que regresa, me sentí sobre cogida por la ausencia, la mia misma, pues pude observar a varios que como no sabían que estaba, pasaron de largo, cuando a diario me tocaban el vidrio y me hacían "hola" con la mano, otros solo llegaron hasta la puerta preguntando por algo y se fueron, cuando estaba aunque venían por alguna otra cosa entraban a saludar, hoy fuí un fantasma, estoy segura que los fantasmas sienten nostalgia, porque al ver a aquellas amistades con las que mas compartí, pasar de largo, sentí nostalgía, la nostalgía de no estar mas, de ser invisible.

Por eso odio las despedidas porque el corazón se abre para poder dejar un sitio para las cosas que tienen que venir, y todo cambio tiene riesgos y el instinto de conservación, que esta mas ligado a la comodidad y no al riesgo te dice "deberías quedarte con lo que ya conoces" Pero eso me dejaría sin la posibilidad de conocer nuevas experiencias y tal vez logros mas satisfactorios,.

Hoy fui un fantasma, al que le dio nostalgia dejar lo que significo vivir por casi dos años para un proyecto al que de cierta manera le agarre cariño, y del que me sentí parte.

Nuevos procesos, nuevos cambios, nuevos riegos, me volverán a hacer vivir...Sin riesgos no hay vida, solo inercia.

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